Una 'real' simulación de asambleismo (lo cual es una paradoja) tuvo lugar recientemente durante la realización de la asamblea general ordinaria del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Chiapas -Spaunach. Es más fácil que un grupo de ejidatarios, comuneros u obreros se pongan de acuerdo, que lo hagan los trabajadores docentes de nuestra universidad estatal. Los docentes de la Unach hicieron patente la incapacidad para realizar una asamblea acorde al nivel educativo, pues el desorden fue manifiesto, que de no haber sido por la mesa de debates, hubiese sido imposible agotar la orden del día, con todo y la prolongación de la discusión en veces agreste. Participaciones sin ton ni son dejaron ver el grado de desconocimiento de la normatividad universitaria como del Contrato Colectivo de Trabajo -CCT, y fueron el común denominador. Además, las posiciones radicales, más que ideológicas, de tipo daltónico, ven las cosas en blanco y negro. Pero, eso no es lo grave, sino que, es tal el grado de crisis/descomposición de esta sociedad chiapaneca/mexicana, que hemos llegado al grado de pagarles/cautivarles con un sorteo, a los agremiados para que concurran a una asamblea general ordinaria de su sindicato. Esto quiere decir, por un lado, que con todo somos herederos de las peores prácticas del pri-ato (clientelismo, corrupción, etc.), agravadas por el desorden del neoperredismo y la estulticia del neopanismo, y por otra parte, que los tiempos actuales tienen como actor a un sujeto cautivo de sus intereses individuales, para quien la colectividad dejó de significar algo. Y qué decir del interés común, o del interés nacional. No hay tal. Queremos todo sin dar nada a cambio. Esto es, por lo menos aportar ideas congruentes con la realidad de la nación. En momentos en que están amenazados de muerte los pocos sindicatos grande sy fuertes que quedan -ahí están las embestidas a mineros, electricistas, sobrecargos y pilotos, entre otros, lo menos que tendriamos que haber hecho es defender nuestro sindicato, no dividirnos internamente. El viernes próximo pasado (28 de agosto), en el salón de un hotel de San Cristóbal de Las Casas, se llevó a cabo la --- asamblea general ordinaria del Spaunach, en la que el secretario general, Humberto Lara Trinidad, informó de las gestiones realizadas en el año precedente. También el secretario de finanzas, C.P. Cabrera, informó respecto del estado que guarda la tesorería del Spaunach y los temas referidos a caja de ahorros y fideicomisos. De acuerdo a información extraoficial participaron de la asamblea cerca de 600 agremiados, de los poco más de 1 mil 500 con que cuenta la organización sindical. Y el gasto económico para la realización de la asamblea ascendió a los $600 mil pesos, de acuerdo a lo señalado por Tito Lara, quien explicó que el costo del vehículo rifado fue del orden de los $100 mil pesos, mientras que en souvenirs se gastaron unos $120 mil pesos. Otros $120 mil pesos se entregaron a los asambleistas en calidad de 'apoyo' para el traslado, con excepción de los residentes locales. Se entiende que los otros $260 mil pesos se gastaron entre en el pago de los viáticos (por $200 pesos c/u) entregados a quienes se quedaron a pernoctar, el pago de los (730) platillos servidos -para los asistentes, incluidos los familiares y acompañantes, y todos los gastos derivados de la realización de la asamblea. Los souvenirs -recuerdos, entregados en una bolsa de papel estrasa consistieron de una gorra beisbolera, una playera tipo polo, una taza de cerámica, todas con el logotipo del Spaunach, unos cuantos caramelos, y un ejemplar de la revista Gremio, editada por el Comité Ejecutivo. Sólo chucherías. Asimismo, durante el registro -además de los $200.oo, cada uno de los participantes recibió un boleto numerado -y con el nombre del interfecto, para participar en la rifa de un automovil, la cual se realizó cerca de las 17 hrs., luego de la conclusión de los trabajos, resultando agraciada la maestra Ibarra Nicolín, de la Escuela de Lenguas-Tuxtla. Este fue el 2º ño en que se rifó un vehículo, y tmabién el 2º en el cual se garantizó el quorum. Antes, se suspendieron asambleas una y otra vez, porque los agremiados no concurrían. En los viejos tiempos, las asambleas terminaban en francachelas, en pleno Puerto Arista o Playa Linda. Durante los trabajos, particularmente en los 'asuntos generales', absolutamente nadie mencionó el estado calamitoso en el que se encuentro el país. La crisis estructural generalizada fue ignorada, no obviada. Y sobre esa base endeble, se pusieron en la mesa de discusiones temas que caen por su propio peso. La nación se está cayendo a pedazos, literalmente. Es decir, hay una crisis (estructural generalizada) en el país, por lo tanto el nivel educativo superior está en franca crisis, particularmente las universidades públicas. En tales instituciones, parte de la crisis se caracteriza porque los exíguos recursos se reparten como botín de guerra, sobre todo entre aquellos políticos que llegan a ocupar cargos temporalmente en las administraciones universitarias, en detrimento de las tareas académicas. Así, en las universidades públicas -incluso la Unach, hay quienes creen que 'autonomía' se trata de otorgarse sueldos exorbitantes a discreción como de repartir plazas (interinas, temporales o definitivas; administrativas o académicas) entre sus familiares, amistades y allegados, sin miramiento ético alguno. Los empleados administrativos poco aportan y sin embargo hay que tolerarlos, 'no se vayan a enojar'. Entre los docentes también hay quienes se olvidan de sus compromisos laborales, y los dejan en segundo término frente a otras actividades, empresariales, partidistas o políticas. Y la Unach, ¿seguirá dando par todo eso?. Retornando al tema de la asamblea del Spaunach, ¿es válido organizar una asamblea en tales condiciones?, ¿es válido que los agremiados asistan más por la rifa del auto que por atender lo prioritario?. Esto es, los dichosos $600 mil bien pudieran destinarse a atender categorizaciones, o prestaciones, en fin, algo productivo. Este es mi razonamiento, ¿cuál es el suyo?.
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