jueves, 20 de marzo de 2014

Comitán, pueblo mágico; corrupta policía de tránsito y vialidad

Comitán, de Pueblo mágico y hospitalario a señorío de corrupta policía de tránsito especializada en extorsionar visitantes y turistas
Comitán. Una simple multa de tránsito ha revelado una práctica muy común entre la policía de vialidad de la ciudad de Comitán, que consiste en morder, peinar, chantajear, estafar, extorsionar,  amedrentar, amenazar e  intimidar a los  paseantes que llegan a la región fronteriza en plan de esparcimiento.
En este lugar, los agentes de tránsito son una amenaza, sobre todo para paseantes y turistas. Dicha práctica aleja al turismo de la ciudad de Comitán, porque implica gastos y molestias innecesarios, además de inconformidad e indignación, y a la larga provoca el alejamiento de los visitantes.
Como se sabe, la región es altamente visitada por paseantes, locales, nacionales y extranjeros, pues cuenta con una serie de atractivos sitios turísticos, de diversos tipos (sitios arqueológicos, balnearios, haciendas coloniales -fincas-, centros eco-turísticos, en fin), a una distancia tal que permite alojarse en Comitán, uno de los pueblos mágicos del país avalado por la SECTUR.
Hay que decir lo, Comitán ha sido tradicionalmente una ciudad hospitalaria, el don de gentes de sus vecinos es histórico. La ciudad en sí misma es un lugar atractivo y debe ser recorrida, pues cuenta con museos, galerías, cafés, restaurantes, parques, plazas, enmarcadas por una arquitectura colonial y una climatología excepcional. Por ello, Comitán tiene una industria turística de buen nivel, no solo en el rubro infraestructura, sino en el servicio de calidad. Igualmente por ello, Comitán tiene asimismo una dirección de turismo dependiente del ayuntamiento y una representación del departamento gubernamental de la provincia para la especial atención a visitantes, paseantes y turistas, que se esmeran en promover la región, para atraer turismo y generar ingresos y consecuentemente empleos para beneficio de la población comiteca.
Se trata de un lugar en el que siempre hay atractivos. Este fin de semana largo, por ejemplo,  estuvieron expuestas varias pinturas de paisajes chiapanecos, de una muestra itinerante, frente a la iglesia de San Sebastián. Y en los pasillos de la Casa de la cultura, se muestran trabajos de varios pintores, entre ellos Dinora Palma.
Sin embargo, la perfección no existe, y entre los males de Comitán se cuenta su perniciosa policía de tránsito y vialidad municipal, la cual desde años atrás –trascendiendo administraciones municipales y ayuntamientos que van y vienen-  ha sacado provecho de la coyuntura, y sus agentes procuran obtener una tajada de los beneficios económicos de la derrama económica del ramo turístico.
Estacionada sobre la calle 11, pocos metros más adelante de la esquina con el bulevar Belisario Domínguez, una patrulla (223) indica a señas detenerse adelante al conductor de una  camioneta blanca, que recién giró a la derecha para entrar a esta calle, pues originalmente circulaba sobre el mencionado bulevar, de oriente a poniente. Metros más adelante a la derecha se orilla la camioneta, pues debe buscar un espacio pues en las banquetas hay vendimias de las canasteras asentadas en la cuadra.
Estaban a la espera de su siguiente amenaza de “infracción”. Como gato en la caza de los ratones. Agazapados en un sitio estratégico.
El agente policiaco solicita al conductor "tarjeta de circulación y licencia", quien sorprendido de inmediato pregunta cuál es el motivo de pararlo.
-Se pasó usted el alto, dijo el policía.
-Fue una vuelta continua a la derecha y estaba en amarillo, se le replicó
-Es paso peatonal y ya había sonado la campana, dijo el policía, quien insistió en requerir "tarjeta de circulación y licencia".
Ninguna campana se escuchó. Son poco más de las 17:15 del domingo (16 de marzo), hay varias vendedoras de verduras y otros productos en el lugar pero no hay compradores, las calles lucen semivacías.
Luego de identificarse el conductor, sostuvo su negativa para mostrar los documentos requeridos, puesto que no hay motivo de infracción, el agente a cargo ordena al subalterno quitar la placa trasera del vehículo y aquel se agacha en la parte trasera, ante lo cual el chofer baja del auto y se dirige atrás, le acompaña la esposa, para juntos pedir  a los patrulleros rectificar su decisión de retirar la matrícula, igual propiedad del propietario y conductor del vehículo.
-El semáforo estaba en amarillo (ambar), menciona el conductor, a lo que el patrullero argumenta "allí está la cámara, si la revisamos le va a salir más caro".
En este momento el patrullero deja ver sus intenciones. El propósito es claro, sacar provecho económico, algunas monedas "de mordida", pero el mecanismo es avieso y astuto ya que  textualmente no piden la coima, sino que presionan para  que el propio conductor les ofrezca una "gratificación" o "agradecimiento", es decir, les deje algo "para los refrescos".
-Que revisen la grabación, tercia la acompañante del conductor, quien viaja en la plaza del copiloto y protesta por la actitud amenazante del  prepotente policía quien ordena al subalterno proseguir con retirar la patente vehicular, policía quien ha estado agachado, frente a la placa, pero sin desatornillarla, atento a las indicaciones de su mando. Esperando, aguardando la reacción del automovilista.
Se le mencionó estar de paso, de visita por lugares turísticos de la región, en este caso Lagartero y Lagos de Colón. Fue in-necesaria la aclaración, el policía a cargo, que dijo llamarse Gabriel Guzmán, ya lo sabía; siempre supo que los infractores del reglamento de tránsito eran paseantes del 2° fin de semana largo del año. Fue entonces cuando el conductor descubrió que el patrullero tenía tufo alcohólico y lo mencionó, "huele a alcohol, alguien por aquí huele a alcohol".  El agente en cuestión presentaba el tufo de quien bebió la noche anterior, y que al día siguiente está “de cruda”.
Reaccionó y dijo: -Usted viene tomado.
-No señor, yo no bebo, se le refutó.
-Voy a remitirlo, amenazó
-Si usted lo hace lo denuncio públicamente, soy periodista y no lo voy a dejar así, se le advirtió.
Esto lo enfureció, dijo que estaba en horas de trabajo y por tanto no podía beber y de inmediato dio instrucciones a su subalterno para que, vía radio portátil,  pidiera "refuerzos". Poco tiempo después estaban allí otra patrulla de tránsito y una más de la policía municipal, una pick-up con agentes portando armas largas -un despliegue desproporcionado, signo de abuso de poder de un sujeto- quienes al percatarse de la situación se mostraron extrañados, al grado que deciden no intervenir.
-Mire que mitote está usted haciendo por una infracción de tránsito. Somos una familia de paseo, no somos delincuentes, se le subrayó.
El patrullero a cargo, se dirigió al agente de tránsito que llegó "a reforzar" y le dio su versión: -el conductor y la señora están tomados y  nos "amenazó", dijo que es periodista.
Se le pidió la presencia de un médico legista y del alcoholímetro para validar su dicho, y alegó "será peor para ustedes". Estaba cobijado y acuerpado por varios policías para entonces. La razón de la fuerza y no la fuerza de la razón.
Para dar fin al incidente y evitar pasar a mayores, como perder tiempo -valioso cuando pronto empezará anochecer- entrega licencia de conducir al patrullero quien ya no tiene pretexto para alegar. Ante ello, ordena al agente que le acompaña elaborar la infracción, y se le solicita poner su nombre en la boleta, para su posterior identificación. Entrega la boleta 11018, y en ella se marca la infracción al artículo 140 del reglamento de tránsito (pasarse el alto), más un comentario: "indico (sic) que no podrían retirar nada en garantía (sic) y que es periodista", signado por Jesus Lopez.  No menciona nada del supuesto estado etílico del conductor y familia acompañante; pues nunca había existido, lo que indica el nivel de capacidad de mentir que ostentan, por el hecho de portar una placa, con lo cual pueden hacerlo y lo hacen, perjudicar ciudadanos.
Luego de ello se acabó la función -se habían juntado una docena de mirones por lo menos- y no hay nada más que decir. Los paseantes del 2° fin de semana largo del año se alejan del lugar, en la esquina giran para reingresar al bulevar y descubrir que en la esquina donde dieron vuelta hay un disco que permite “Vuelta continua con precaución”.
El grupo decide proseguir el camino a Tuxtla Gutiérrez sin haber merendado el famoso pan compuesto y deliciosas chalupas, porque la acción fue frustrada por un agente policiaco ebrio acostumbrado al abuso de poder, cuando de paseantes se trata, puesto que no actúan así con campesinos, quienes forman parte de organizaciones que no les permiten infraccionarlos, porque de inmediato acuden en masa a manifestarse.
Este acontecimiento cotidiano se dio a conocer esa misma noche al presidente municipal Luis Ignacio Avendaño Bermúdez
, a fin de que tome cartas en el asunto puesto que en entredicho está la certificación de Comitán como “pueblo mágico”, al registrarse este tipo de abusos por parte de la policía de tránsito.

Por cierto que, el próximo fin de semana (domingo 23 de marzo) se presenta en la plaza central de Comitán, el evento “Equinoccio de primavera 2014. Pakal, corazón de jade y el katún del señor del rostro de la muerte", el cual parece interesante; inicialmente pensamos concurrir ahora lo pensaremos dos veces; dicho sea de paso, no vale la pena dejar de ir, un policía bolo no debe fastidiar un paseo familiar. [Arévalo F.]

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