lunes, 31 de mayo de 2010

México requiere un Estado fuerte, no "de fuerza bruta".

Propone la CEPAL replantear la función del Estado, porque fue relegado de las funciones económicas" ...y en el caso mexicano, también de las funciones de gobierno.

En el informe titulado "La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir", la Comisión Económica para América Latina (Cepal), pugna por restituir al Estado su papel como “principal actor en la conciliación de políticas de estabilidad y crecimiento económico, de desarrollo productivo, promoción de empleo y de mayor igualdad social”.

Como se sabe, en nuestro país como en tantos otros del continente, desde los años 80 del siglo pasado se inició la aplicación de políticas públicas -dictadas por organismos financieros multinacionales, fundadas en el neo-liberalismo económico, como son las privatizaciones, las desregulaciones, la precarización del empleo, y los recortes presupuestales, entre otras medidas impopulares.

Con el pretexto de que el Estado no debe intervenir como agente económico, se le excluyó del sistema productivo (capitalismo de Estado), vendiéndose las empresas paraestatales que operaba, siempre desde la perspectiva de la propiedad, pero dejando de lado la perspectiva social. Es decir, el Estado no tiene como fin hacer negocio, sino satisfacer una demanda social. Como sea, se remataron unas 1 mil 500 paraestatales, de cuyos ingresos por enajenación no supimos ni aun ahora sabemos nada.

Además de ello, la reducción del gasto público ha sido otra constante de los gobiernos de los últimos 30 años, sean del partido que sean, en el afán supuesto de 'adelgazar' la burocracia, para según ésto reducir el deficit presupuestal, cuando en realidad la 'alta burocracia' ha crecido como nunca antes, inventándose cargos y puestos sin razón de ser.

Nada parece interesar más a los funcionarios de la administración pública de este país que cobrar su dieta, la cual supera con creces el salario mínimo vigente, que se aplica al resto de los trabajadores.

Y Chiapas no es la excepción.

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