viernes, 26 de septiembre de 1997

¿Desaparecerán las concesiones del autotransporte?

CONCESIONARIOS PLANEAN SUBIR TARIFAS.-Un altivo empresario del transporte privado de pasajeros de nombre Bersaín Miranda Borraz expresó ayer la intención de su gremio de elevar más la onerosa tarifa de colectivos. Dijo al ser abordado por ávidos reporteros que un estudio socioeconómico (no especifió realizado por quién) indica que los costos de operación que tienen los concesionarios obliga a un incremento de $1.50 a $2.50.oo, empero, aclró, "considerando la situación" harán el favor de dejar el costo del pasaje individual en $2.oo todo paraece indicar que a partir de noviembre, ya que señaló existe actualmente una relación de entendimiento con el Consejo del Autotransporte del Estado de Chiapas. Argumentó que la elevación de costos en combustibles, refacciones e insumos les ha "afectado demasiado", la grado de que algunos de sus compañeros han caido en cartera vencida, y en la mayoría de los casos repercute en disminuir el mantenimiento a sus vehículos. Ante ello, sostuvo que no pueden dejar pasar el tiempo sin que nivelen la tarifa, y según acuerdo de la mayoría de los concesionarios sería en la proporción antes citada. DESMEDIDA AMBICIÓN DE TRANSPORTISTAS.- Más que no convenirles la tarifa actual , todo parece indicar que, en el particular caso de Chiapas, los concesionarios del autotransporte privado (erróneamente llamado público) público son exageradamente ambiciosos. No les basta con el dineral que recaudan a diario, si no que han encontrado una manera fácil de vivir, y anhelan ampliar sus ganancias. Tinen esta variedad de la especie humana todas las características de la ambición: quieren todo para ellos, y se consideran merecedores de más, a costa del sacrificio de los demás. Olvidaron ya que la concesión es una gracia del Ejecutivo otorgada temporalmente, no un privilegio virreynal. Quien dude de ello puede acercarse a las terminales de los colectivos por al área de los mercados o el rumbo de San Roque, justo a la hora del cambio de turno (alrededor de las 14 horaso por la noche ) para que con vean directamente como de lujosos carros bajan hombres gordos, alhajados, con celular al cinto, a recoger cientos de monedas y billetes que les entregan los choferes explotados. Otros que están más cerca del negocio están pendientes de las vueltas que dan sus empleados, y mientras platican entre ellos respecto a la manera de cómo obtener más ganancias. Y no tienen sólo un vehículo trabajando , sino varios a la vez en diversas rutas. Por supuesto, no consideran en ningún momento incrementarles el salario a los conductores que como bólidos atraviesan la ciudad para cumplir con el tiempo impuesto que les marca el checador...y sobre todo con la cuota que deben cubrir al patrón. ¿De qué privilegios gozan o deben gozar tales parásitos del capitalismo? ¿cuál es la razón por la cual se les otorga el privilegio de explotar al máximo una ruta?. Está visto que en esta capital las rutas son más bien cortas, no como en las grandes ciudades donde éstas llegan a ser de decenas de kilómetros...y ahí el costo de oepración se incrementa. Es decir, si no les conviene, que dejen el espacio para quienes busquen ofrecer el servicio público con dignidad, bajo el sistema de libre mercado, de acuerdo a la oferta y la demanda y sobre todo bajo la mecánica de la libre competencia. TOTAL LIBERACIÓN O ESTATIZACIÓN.- Hay dos opciones, sin lugar a dudas contradictorias, para terminar con este lastre de fin de siglo en la capital chiapaneca: el servicio de transporte de pasajeros de modo definitivo, o se liberaliza completamente o se estatiza en busca del bien común. El caso es dar por terminado este sistema de presión en manos de grupos caciquiles emparentados con grupos de poder en otras ramas de la vida económica. Sin embargo, en consecuencia con la política económica en boga la segunda en mención tiene mayorers posibilidades de ser aplicada. Respecto a al primera, podemos considerar que es la que garantiza mayores beneficios desde el punto de vista del interés colectivo. Es decir, reiterar que el transporte público es un asunto de interés colectivo, que puede ser prestado por el gobierno por particulares, sin menoscavo de cumplir con la finalidad de cosntituir un servicio público. Y si los particulares pierden de vista que gozan de la concesión de un servicio público, y unciamente centran su atención en satisfacer sus muy particulares intereses, entonces el gobierno puede y debe intervenir para rescatar la característica idonea de este servicio público. Por lo menos en Chiapas tenga usted por seguro que existen con amplitud los factores que justifican una acción estatizadora, aún cuando en el resto del mundo soplen los aires de las privatizaciones...es que aquí siemrpe han pesado más los ricos sencillamente. En el segundo caso, podemos considerar, que si la opción de la liberalización del mercado, entonces que se haga bien o que no se haga a medias, tomando de este sistema lo que conviene a unos cuantos. O sea, el libre mercado en materia de transporte implica definitivamente la mecánica de la libre competencia regida ésta por la ley de la oferta y la demanda. Lo cual se traduce como igualdad de oportunidades para todos para competir en el mercado, competir por el usuario del servicio (los pasajeros, pues) no carrereando a lo loco por las calles de Tuxtla, Tapachula o SCLC, exponiendo las vidas ajenas, sino ofreciendo mejores alternativas: mejor servicio, mejores tarifas, mejores condiciones de trato y traslado en general. ¿DESAPARECERÍAN LAS CONCESIONES? .- Lo malo es que una u otra medida (de ls expuestas líneas arriba- conllevan a la extinción de ese mecanismo de control y compromisos que es la concesión, que no inventó esta administración, pero a la cual le ha tocado sufrir las consecuencias de su lejana ideación original. Y es que al paso del tiempo este mecanismo ha mostrado sobre todo sus desventajas, ya que todo mundo quiere una concesión, y los que tienen no ven con buenos ojos se emplíe el espectro de competencia, ya que va en detrimento de sus intereses. Hoy la lucha por las concesiones se ha convertido en otro motivo de preocupación para el gobernante. Ni cumplen los concesionarios con la función social que les corresponde, y en consecuencia tampoco solucionan cabalmente el grave problema de incomunicación que identifica a nuestra pauperizada entidad federativa. Por lo contrario, lo único que consiguen los concesionarios del transporte de pasajeros es coomplicar el escenario sociopolítico chiapaneco. Ya habrá usted escuchado en numerosas ocasiones como se enfrentan las organizaciones de transportistas por el privilegio de una ruta. Se secuestran vehículos mutuamente, se bloquean caminos, se balacean, se agreden, sino revise los archivos de casos en Comitán, Ocosingo, Zinacantán, Mapastepec, por citar sólo unos casos. PERSISTEN RUTAS INAPROPIADAS.- ¿A poco todas las rutas en esta capital deben concluir en el mercado Diaz Ordaz?, esa costumbre de los transportistas de terminar sus recorridos en las calles y avenidas de Tuxtla Gutiérrez no se identifica actualmente con una necesidad de los usuarios: hay suficientes mercados en la periferia, y alrededor del primer cuadro como para concentrar a todas las rutas en tan pocas calles. Lo único que consiguen es embotellar el tráfico y no llevar al usuario donde se requiere. ¿Por qué no diseñan, por ejemplo, una ruta que vaya de Patria Nueva a Terán sobre el libramiento sur o norte? sencillamente no le conviene a los concesioanrios aun cuando es una necesidad de los usuarios, quienes deben hacer un dobler gasto para llegar a donde se dirigen, porque en Chiapas las rutas también las deciden los dueños del capital , no hay de facto autoridad en la materia que los obligue a desarrollar su función con propiedad. Y no sólo corresponde a tránsito del Estado, sino también al municipio. Desde que entró Enoch Araujo Sánchez se le planteó este problema, se comprometió a hacer lo posible (por lo visto no pudo nada) por procurar cambiar a las colonias las terminales de los colectivos; han pasado no los meses, sino los años y el empresario llantero ni se mosquea, seguramente al igual que los diputados de la LIX legislatura, o el cardiólogo José Luis Soto de la Torre, o el burgés Pedro González Vera jamás utilizan el transporte público, y por ello desconocen la realidad que se vive en este sentido. En síntesis, si no desaparecieran las concesiones, por lo menos se debe exigir a los que las explotan que respondan a las necesidades sociales y se apliquen a los ordenamientos en la materia, ya fue suficiente de entregarles feudos a los grupos de presión tanto de derecha como de izquierda, mientras el único perjudicado es el pueblo e Chiapas.

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