martes, 16 de septiembre de 1997

La paranoia del alcalde

LA PARANOIA DEL ALCALDE.-Es injustificable, al igual que otros ordenamientos municipales, desde cualquier prespectiva, el pretendido aumento de las tarifas por consumo de agua entubada en esta capital, sobre todo cuando salen a relucir a la luz pública una serie de actitudes que, desde cualquier óptica, se pueden calificar de miserables, ávaras, tal como se enterará usted de continuar la lectura de este espacio periodístico, que no tiene tintes partidistas, ni políticos, ni ideológicos, sino unicamente se redacta en función del sentido común y el bienestar colectivo. Lo anterior lo mencionamos en razón de la paranoia y el delirio de persecusión caracteríticos de la administración municipal, a la cual está vínculado el órgano desconcentrado denominado Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, que ante cualquier crítica, esgrime el argumento de que se trata de una campaña de desprestigio en contra de los ayuntamientos de extracción panista. Empero, existen toda clase de acciones y actitudes que no hacen más que reforzar lo que ya es un criterio generalizado: no hay mayor diferencia entre éste y los más ineficaces e ineficientes de anteriores ayuntamientos tuxtlecos. Al escudarse en el supuesto de ser objeto de una campaña desprestigiadora a través de medios de información, Enoch Araujo Sánchez hace evidente su escasa comprensión de la realidad que le rodea, al querer encuadrar en una sola categoría a la diversidad, que vaya que en la prensa es un hecho incuestionable. EL SMAPA, UNA ADMINISTRACIÓN MISERABLE.- Reza un conocido adagio que Dios da el agua pero no la entuba, bajo el cual el SMAPA se escuda para anunciar la elevación de tarifas. Y no hay refrán más apropiado para ello, ya que el SMAPA lo único que hace es practicamente sólo entubar el agua, no precisametne potabilizarla, como lo acepta implicitamente en la anterior expresión. Sinceramente, no se comprende cómo en el afán de ahorrar unos centavos -para ahorrar recursos, dice el director general del SMAPA, Jorge de Jesús Díaz Pascacio- se es capaz, entre otros absurdos, de llegar a dejar de adquirir la dotación requerida de cloro, que es indispensable para el proceso de potabilización del agua que debe tratarse en la planta que funciona para el efecto. De acuerdo a información fidedigna, ya que ha sido vertida por trabajadores sin-di-ca-li-za-dos (o sea organizados para defender sus derechos laborales) que en esta ocasión prefieren guardar el anonimato, ante el clima de intolerancia y prepotencia propios del director administrativo del SMAPA, Marco Antonio Gutiérrez Ayala, es posible demostrar que actualmente se deja ocasionalmente de clorizar el agua, porque el área administrativa no suministra los insumos corresponientes, en este caso, botellas de cloro de marca comercial, que en cualquiera de las anteriores administraciones -del SMAPA, por supuesto- nunca faltó y siempre hubo en bodega, en la cantidad suficiente para procesar el vital líquido procedente de un rio que no está propiamente limpio. "Tenemos que andar pide y pide que nos den cloro, porque ellos solitos no lo dan", explica un empleado de la planta potabilizadora, quien refiere la experiencia de otros de sus compañeros de áreas diversas, que en común califican a la presente, como la más nefasta administración que haya tenido el SMAPA. AGUA PARA EL EDÉN.- El señor alcalde tuxtleco posee una propiedad rural en el municipio de Ocozocoautla denominada El Edén, y allá se dirige cada quince días la única pipa del SMAPA, que teoricamente está al servicio de las colonias urbanas con problemas en el suministro cotidiano de agua entubada. Son dos viajes, de por lo menos 10 mil litros cada uno, que se entregan al rancho de los Araujo, sin que se cobre un solo centavo por el servicio, como sí deben hacerlo los cientos de colonos que reciben agua en sus tambos de la susodicha pipa. No está demás mencionar que, incluso, en las ocasiones en que la pipa se halla en servicio a la comunidad, el operador recibe órdenes de sus superiores en el sentido de que suspenda de inmediato su reparto a domicilio para los usuarios de colonias populares, a fin de que se dirija a El Edén . Y al recibir su dotación de vales de gasolina se le exige a este trabajador explotado que le rinda el combustible, aún cuando debe ir dos veces en un dia x al municipio coiteco. ¿Por qué no envían a los piperos del departamento de parques y jardines?, al parecer miden su distancia con los trabajadores sindicalizados del municipio. UN ENERGUMENO, EL ADMINISTRADOR DEL SMAPA .- Si todavía se entregan uniformes a los trabajadores del SMAPA, es porque así lo estipula el contrato colectivo de trabajo que no puede echar atrás el compadre del alcalde, o sea el tal Gutiérrez Ayala, quien es identificado por la base trabajadora por su trato despótico y neurosis. "Cada que llegamos a plantearle algún asunto, el administrador se enchincha, no sabe ni dialogar, ni siquiera nos escucha" lamenta otro trabajador, que narra como el servidor público en mención patea y golpea su escritorio, patalea, arroja objetos, y sobre todo grita e insulta a los trabajadores, quienes se hallan bajo constante presión y amenaza por parte de la actual administración, misma que obedece más bien a criterios empresariales que su carácter de institución pública, de servicio público, al servicio del bien común. En relación a los uniformes, el administrador expresa que por él no daría nada, sobre todo porque todos son unos bandidos. ¿QUIÉNES SERÁN LOS BANDIDOS? .- Sin embargo, nadie sabe al interior del SMAPA qué pasó, o quién se quedó con las dos casas que entregó cierta constructora particular que mantenía un adeudo con el Sistema por concepto de conexión de red del fraccionamiento El Centenario, y que para saldarlo se comprometió a pagar con dos viviendas. Dicha negociación se dio luego de que a fines del año pasado el SMAPA suspendió el suministro de agua entubada a los colonos de El Centenario -que se encuentra a la salida a San Fernando, por el rumbo de INFONAVIT Chapultepec- , quienes se organizaron una protesta en demanda de la reinstalación del servicio, la cual concluyó luego de que funcionarios del SMAPA entraron en negociaciones con los representantes de la constructora involucrada, de lo cual surgió un convenio de intercambio: dos viviendas a cuenta de la deuda contraida, tal como lo constata el representante de los colonos, quien tiene en su poder copia del documento en cuestión. En este sentido, cabe recordar que Díaz Pascacio antes de dirigir el SMAPA fue empleado de la constructora privada CALPAN, a la cual -cuando arribó al cargo- le condonó un adeudo (de $13 mil pesos) por el mismo concepto de conexión de red, sin que tal medida haya sido validada o sustentada legal y legitimamente. Además, cuando al llegar despidió al encargado del departamento de cómputo, ingresó a un inexperto ingeniero -de apellido Rosas Sánchez- para ocuparse del área, mismo sobre quien recayó la responsabilidad del desbarajuste al interior del sistema cibernético, que dio como resultado un alud de recibos que no correspondian al consumo, y que usted recordará como la ocasión en que se dieron casos inverosímiles, que de un consumo de $10.oo se pasó a $10, 000.oo, y a pesar de las quejas e inconformidades, tal director nunca aceptó su error interno ni mencionó su responsabilidad al respecto. De ese momento a la fecha, aunque ya no está el antes mencionado, persisten algunas anomalías en facturación. Por cierto que a partir de esa ocasión la instrucción fue no rebajar recibos, si alguien debe pagar -exclamó Díaz Pascacio- que sea entonces el usuario. YA LLEGAMOS AL RACIONAMIENTO DEL AGUA.- Como usted puede detectar, prevalece actualmente en el SMAPA una política de racionamiento que raya en la avaricia, en la miserabilidad, la cual perjudica directamente a los usuarios, que son en su mayoría habitantes de colonias populares, y que ahora deben quedarse sin aguia entubada por largas semanas. Antes, recuerda el grupo de empleados con el que hemos conversado, y que no aceptaron ser fotografiados, una fuga se reparaba de inmediato, no se escatimaban ni recursos ni esfuerzos. Hoy no hay ni repuestos, ni refacciones, ni tampoco horas extras. Por ejemplo, la colonia INFONAVIT Solidaridad tiene más de un mes sin el servicio,cuando la reparación de la fuga en la tubería se lleva a cabo en unas cuantas horas, empero el administrador ordena que se trabaje en el horario contratado y con los recursos que instrumenta. La reparación de la tubería de referencia está pendiente, sobre el libramiento sur, a la altura del crucero con la calle Ciro Farrera. Por si ello fuera poco, también a los empleados encargados de abrir o cerrar la llave general de paso, en barrios o colonias, se las ha instruido para reducir a la mitad el periodo de dotación. Por ejemplo, para la colonia La Moderna , por decir algo, antes se le dotaba agua tres veces a la semana, seis horas en cada ocasión, con lo que las familias podían abastecerse con suficiencia; en la actualidad, se autoriza la dotación una vez a la semana y sólo por tres horas, y si por alguna circunstancia no se autoriza en una ocasión deberán esperar entonces otra semana...o comprar agua en pipas. DESABASTO DE AGUA, GENERALIZADO .- Todo ello se ha traducido en un rechazo generalizado a la operación del SMAPA. Antes se les dotaba con ciertos límites a algunas colonias, hoy el desabasto es generalizado, por todos los rumbos de la ciudad se encuentran las voces inconformes. De hecho se puede afirmar que ha fracasado el modo, el sistema de operar al SMAPA que impuso el intratable Jorge de Jesús Díaz Pascacio. Por todos los rumbos falta el agua, pero para los funcionarios del SMAPA o del ayuntamiento están las pipas a su servicio, no hay problema. Total, si a la gente pobre le falta agua a ellos no les afecta. INJUSTIFICABLE ELEVAR TARIFAS.- Con una operación reducida al mínimo, y unos ingresos ampliados al máximo, entonces, no se comprende cómo pretenden los encargados del SMAPA elevar las tarifas. Es posible considerar que los ingresos se han optimizado, pero ¿dónde están?. Existen entoonces elementos o factores suficientes para exigir a las autoridades correspondientes una auditoría al SMAPA, a efecto de que se aclaren todas las dudas en torno al funcionamiento del mismo, y en caso de haber responsabilidades que se finquen como es procedente. Pero no solamente a nivel penal, sino a nivel moral es reprobable que en el afán de ahorrar centavos se ponga en riesgo la salud de la población o se reduzca al mínimo su dotación, la cual si le es cobrada al 100%. Así que antes de cualquier incremento, el SMAPA debe operarse al 100%. Hay aspectos que no se solucionan con dinero precisamente, como lo considera el enfoque monetarista de los empresarios a la cabeza del SMAPA, los trabajadores, por ejemplo, requieren un trato más humano, y no tratarlos despectivamente, e inclusive a llevar a cabo acciones fuera de sus compromisos laborales contratados, como obligarlos a distribuir -sin si quiera pedirselos amablemente mucho menos bajo remuneración extra- 10 mil ejemplares del periódico municipal ¡Tuxtla Participa!, que con toda razón se negaron a realizar.  (...)

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